domingo, 31 de mayo de 2009

A PROPÓSITO DE LA EXPOSICIÓN LA GUERRA ENTRE LOS GUANCHES

A PROPÓSITO DE LA EXPOSICIÓN
LA GUERRA ENTRE LOS GUANCHES

Guaire Adarguma Anez' Ram n Yghasen

"Desde el 4 de octubre, el Museo de la Naturaleza y el Hombre [Santa Cruz de Tenerife] exhibe la exposición temporal "LA GUERRA ENTRE LOS GUANCHES", que se podrá visitar como complemento a la exposición permanente del museo."

"En un territorio donde los recursos son escasos y variables, la alimentación del ganado provocó entre los guanches una dura competencia por los pastos. En tales circunstancias fue fundamental la defensa del territorio propio, localizando y rechazando de forma violenta a todos los intrusos. Se trataba pues de peleas intergrupales de baja intensidad, sin comparación con los enfrentamientos bélicos dirimidos entre sistemas estatales (guerra), pues no persiguen la aniquilación o captura del enemigo. Estas y otras cuestiones se abordan en esta interesante exposición organizada por el Museo Arqueológico de Tenerife y el Instituto Canario de Bioantropología y que estará abierta al público hasta el 8 de enero del año entrante. (del catálogo de la exposición).

La temática abordada en esta exposición permite hacer algunas reflexiones en torno a determinadas sociedades, especialmente de aquellas que han basado su economía en los aspectos ganaderos y agrícolas, al contrario de otras que la han cimentado en las guerras, la esclavitud y el saqueo, invadiendo y expoliando pueblos que en ocasiones están situados a muchos miles de kilómetros del lugar de origen de los agresores.

En Canarias las disputas internas efectivamente giraban en torno especialmente a la protección de las zonas de pastos, de los auchones (cabañas y cuevas de habitación) y vías pecuarias que actúan como fundamento en la ordenación de la sociedad guanche.

Existen abundantes pruebas que corroboran el alto valor asignado al ganado en esta sociedad, además de un medio físico muy favorable para las prácticas pecuarias.

[Foto: Guerrero guanche (autor, Álvaro Morera)]

Contamos con importantes testimonios arqueológicos y literarios en este sentido: los restos faunísticos recuperados en yacimientos de los menceyatos, con una tasa elevada de ovicaprinos y cochinos (cerdos); la presencia en el interior de los achimenceyatos de amplios espacios limitados por recintos murados interpretados tradicionalmente como cercados para animales, a pesar de que en algunos sitios como por ejemplo en el poblado Los Goros (Arona) se desmiente la exclusividad de dicha función al comprobarse que en realidad son áreas más complejas que engloban distintos usos; el peso de la impronta zoomorfa en la cultura material: cerdos, cabras y cánidos, como motivos iconográficos en paneles de grabados rupestres y esculturas pétreas, figurillas votivas de arcilla, y decoraciones cerámicas y armamentísticas; las noticias de las fuentes sobre el acusado componente pastoral en la etnografía en todas las islas etcétera. Así pues, los ganados bovino y ovicaprino constituyen quizá el bien más representativo de nuestras antiguas comunidades.

En cualquier caso, la salvaguardia de los rebaños se convierte en uno de los objetivos esenciales para las élites rectoras de la isla. Tanto más si, tal como hemos propuesto en otro lugar, la cabaña ganadera llevaba tiempo circulando como mercancía de intercambio en las redes guanches de relación a larga distancia, cobijándose acaso en viejos derroteros semi-trashumantes. Adueñarse de la mayor cantidad de reses ajenas (especialmente documentado para la isla de La Palma) era una estrategia política preferente; No sólo cuando el ganado escaseaba, sino también como medida para evitar el debilitamiento de los rebaños por la endogamia.

Pero tal como expone el antropólogo francés Pierre Clastres "tal exclusividad en el uso del territorio implica siempre un "movimiento de exclusión" de los grupos vecinos." El vínculo político es la exclusión del otro: cada uno se sostiene como comunidad irreductible, imposible de ser anexada o subsumida. En estas "sociedades de ocio" (a cada quien conforme sus necesidades) no hay voluntad de acumulación, concluye Clastres.

La guerra en las "sociedades primitivas", continúa Clastres, es causa y efecto de una finalidad política buscada: la dispersión. No se trata de una violencia por la supervivencia -biologización de la violencia, le llama el autor-, tampoco la perpetuación de una torpeza para alcanzar la unidad política. Más bien lo contrario: la capacidad propia de cada comunidad de hacer la guerra es la condición de su autonomía. Guerra permanente para preservar la propia ley, es decir, para lograr un tipo de unidad política que no se base en la relación entre quienes mandan y quienes obedecen. ¿Qué tipo de "unidad" es posible fuera de la dinámica de la sumisión? Tal es la pregunta que parece ver Clastres en la "lógica de la diferencia" con la que nombra el modo de organización de las sociedades "primitivas." Lo que hace de cada comunidad una "totalidad-unidad", dirá el autor, es un territorio en tanto que es un "espacio exclusivo de ejercicio de los derechos comunitarios".

La imagen guerrera de los pueblos originarios de África y América transmitida por las crónicas de los colonizadores fue el relato que amparó una de las metáforas más fundamentales de la política moderna: en el estado "natural", los hombres están en plena guerra de todos contra todos. Al borde entre la ficción y la constatación empírica, Hobbes argumentaba que "en no pocos parajes de América, los salvajes (...) no tienen gobierno alguno, y en estos días viven de la manera casi animal que antes mencioné". Sin Estado -es la conclusión del autor de 'Leviatán'-, la guerra se generaliza y la sociedad se vuelve imposible. Lévi-Strauss concluye en una perspectiva opuesta pero simétrica a la hobbesiana: la sociedad "primitiva" es el intercambio de todos con todos y la violencia sólo adviene cuando ese intercambio fracasa. [En el grabado: Astures, guerreros indígenas]

El buen salvaje es el que está solo, se podría pensar, porque casi no hay testimonio de cualquier conquista, que no afirme que todos los pueblos invadidos son violentos. Analiza la diferencia, por ejemplo, del carácter violento de una cacería productiva, para procurarse alimento, para decirlo en términos sencillos, en contraposición con el sentido político que encierra una guerra. Reformulación de mucha historia elaborada sobre la base de tremendos prejuicios y poderosos intereses.

La cándida convicción de que la civilización europea era absolutamente superior a todo otro sistema social fue poco a poco sustituida por el reconocimiento de un relativismo cultural que, renunciando a la afirmación imperialista de una jerarquía de valores, admite en adelante, absteniéndose de juzgar, la coexistencia de diferencias socio-culturales. En otras palabras, ya no se mira a las sociedades "primitivas" con el ojo curioso o divertido del aficionado más o menos esclarecido, más o menos humanista; de alguna manera se las toma en serio. La cuestión es saber hasta dónde llega este tomarlas en serio.

En contraposición a los conflictos internos en los pueblos "primitivos" está como hemos apuntado más arriba las guerras motivadas por fines económicos, y de dominio territorial bien por causas expansionistas o por razones estratégicas o por ambas como es el caso de las Islas Canarias, que está invadida y ocupada mediante una guerra declarada unilateralmente por España, y que ha supuesto para el pueblo canario más de quinientos años de colonialismo.

Estas guerras injustas no son prácticas del pasado, están vigentes en las sociedades "civilizadas" actuales, especialmente en los Estados imperialistas tanto de determinados gobiernos europeos como por los Estados Unidos de América, quienes continúan basando sus economías en el mantenimiento de una situación de guerra permanente en varios puntos del planeta y las cuales van rotando conforme van esquilmando abierta o solapadamente los recursos de los países inducidos por ellos a los conflictos bélicos, no teniendo ningún tipo de reparos en vulnerar la legalidad internacional cuando conviene a sus inconfesables intereses.

El profesor F. Garrido Peña nos ofrece una acertada visión de la situación en la propia Europa en los siguientes términos: "Cuando comenzaron los bombardeos sobre Kosovo y Serbia los dirigentes políticos y militares de la OTAN, ante la ausencia de cualquier legitimación jurídica, empezaron a hablar de "guerra justa", de "intervención humanitaria" e incluso el entonces ministro de defensa español, Serra, declaró al diario El Mundo que se trataba de una intervención militar legitimada por el "derecho natural". El derecho internacional había sido la primera víctima del conflicto. En realidad esta crisis del ordenamiento jurídico internacional ya había tenido un episodio anterior en la primera guerra contra Irak, al principio de la década de los noventa.

Pero esta invocación a fantasmas jurídicos del pasado como el "derecho natural" o "la guerra justa" suponía, en realidad, que la víctima no era solo el derecho internacional sino el derecho mismo. Volvíamos, a una situación pre-jurídica donde los códigos morales en las relaciones sustituyen a todo el esfuerzo del siglo XX por regular y obstaculizar la resolución violenta de los conflictos. El escenario internacional retornaba de esta forma paradójica a una situación cercana al "estado de naturaleza" donde la violencia y la fuerza reemplazaban al derecho y a la política. Estas eran la consecuencia objetiva, y evidentemente deseada por los actores y agentes principales de la crisis, de pretender sustituir al derecho por la moral en la legitimación de la acción política y militar."

¿Por qué este olvido del derecho? El argumento explícito es muy similar a los usados por la crítica autoritaria y neo-derechista contra el garantismo jurídico; la ineficacia y la lentitud en la persecución de la criminalidad, solo que aquí esta crítica se extrapola al derecho internacional y a las Naciones Unidas. Lo cierto es que a Estadios Unidos y a la OTAN le resultaba mucho más cómodo un escenario moral de legitimación de sus acciones que un escenario jurídico. Aquí viene a confirmarse algo que ya viera muy bien Hans Kelsen, cuando denunciaba que el iusnaturalismo o el decisionismo eran mucho más proclive a legitimar los abusos de los poderosos que el respeto al principio de legalidad (Kelsen,H. 1986) (Schmitt, K. 1941) .

La segunda consecuencia de esta moralización regresiva de las relaciones internacionales es la reaparición de la guerra como una opción legítima, posible y hasta probable en el horizontes del concierto internacional. "Intervenciones humanitaria" "operaciones de castigo", "represalias" o, "conflicto de baja intensidad"; en fin, toda una gama de formas de guerra aparecen como instrumento legitimo (son justas las causas e injustos los enemigos) de intervención en la resolución de los conflictos internacionales. Las estrategias diplomáticas dejan de ser estrategias de mediación y pacto para convertirse en simple prolongaciones de la amenaza militar (las conversaciones llevadas a cabo en Francia previas a la intervención en Kosovo, son un buen ejemplo de esta nueva función de la diplomacia).

En una próxima oportunidad nos ocuparemos de la segunda invasión de Irak, además de las que el imperialismo esta preparando no sólo para Oriente Medio, sino también para nuestro continente africano.

Ciudad colonial de Eguerew, octubre de 2005.

Fuentes consultadas:
Pierre Clastres, 'Arqueología de la violencia: la guerra en las sociedades primitivas' 1977.
Eduardo Sánchez Moreno
Departamento de Historia Antigua, Universidad Autónoma de Madrid.
F. Garrido Peña
(Universidad de Jaén)
La Guerra Difusa, Los Disruptores Conceptuales y el Humanistarismo Militar.

RESISTENCIA EN ARGUINEGUÍN

RESISTENCIA EN ARGUINEGUÍN


Las desavenencias entre el déan Bermúdez y el gobernador Pedro de Algaba contra Juan Rejón se vieron demostradas durante la conquista. Teniéndose que defender Rejón de varios procesos en España. Recibiendo de nuevo la absolución regresa Juan Rejón a Gran Canaria en cuatro carabelas con refuerzos de hombres y víveres, que confiaron al capitán de mar Pedro Hernández Cabrón, vecino y regidor de Cádiz, para que, acompañado de Rejón y del obispo don Juan de Frías, que había sido mandado entre otras cosas para que estudiara el origen de tales distensiones entre los anteriormente descritos.

Llegados a Gran Canaria no se deja desembarcar a Rejón porque Bermúdez y Algaba hablan con Frías de que prácticamente iba a ver un baño de sangre y toma la resolución el obispo de que esto lo debían de resolver Sus Altezas. Esto tranquilizó a los dos bandos.

Bermúdez y Algaba prepararon de acuerdo con Hernández Cabrón una entrada por las playas de Arguineguín, desde las cuales, si la suerte les era favorable, penetrarían en el famoso y desconocido valle de Tirajana, centro de numerosa población isleña. Se cree a ciencia cierta que Hernández Cabrón marino y comerciante sin escrúpulos, esperaba hacer alguna presa de indígenas que se vendían entonces a buen precio, proporcionando de este modo una inesperada ganancia a sus armadores.

Llegó, pues, Cabrón con sus carabelas a la rada de Arguineguín el 24 de agosto de 1479 acompañándole el obispo, que creía con su presencia dar ánimo a los soldados y prepararles así una fácil victoria (el obispo creía firmemente en sus condiciones eclesiásticas, por eso, le dio prioridad a las sagradas escrituras, saltándose nada más que lo del no matarás y os amareis los unos a los otros. Puntos flacos y sin importancia).

Según avanzaban por el barranco con aparente tranquilidad, suponiendo a los isleños muertos de miedo por el avance atrevido del invasor, descubren algunos indígenas que los espían. Los viejos soldados que ya han estado en otras luchas empiezan a alarmarse y manifiestan su disgusto por el avance. Cabrón resuelve con retroceder pero muy a desgana diciendo con arrogancia que no tenía miedo a gentes desnudas. Entretanto, los canarios, reunidos ya en gran número sobre las escarpadas crestas que coronan el valle, seguían con viva ansiedad la retirada de sus enemigos, esperando el momento oportuno de empezar el ataque cortándoles el paso; y así fue que, cuando los vieron empeñados en una agria subida de estrecho sendero y de abruptos precipicios, lanzando al aire sus acostumbrados gritos y estridentes silbos cayeron sobre los españoles con irresistible furia, desbaratándolos desde la primera embestida, dividiéndolos en trozos aislados y arrojándolos a todos rotos y despavoridos hacia la playa, donde la refriega continuó a pesar del rápido auxilio que les prestaron los que tripulaban las lanchas. Al fin, después de grandes esfuerzos, pudo embarcarse el obispo y el jefe de expedición, a quien las gentes desnudas habían hecho saltar los dientes de una certera pedrada. Y con el resto de los soldados llegaron a bordo dejando sobre aquel campo de batalla veintiséis españoles muertos, llevándose consigo más de cien gravemente heridos y quedándose en poder de los vencedores más de ochenta prisioneros (siempre esta estadística escrita por Abreu Galindo, p. 125).

La derrota no podía se más completa ni el descrédito más general para los directores de aquella excursión. El déan y Algaba, al saber esta desgraciada noticia para ellos, comprendieron que les sería muy difícil defenderse de los cargos de impericia e impremeditación que había de dirigirles Rejón y sus parciales, y ocultando cuidadosamente a éstos las pérdidas sufridas, dieron orden a Cabrón de regresar inmediatamente a España dejando al prelado en su iglesia de Rubicón y llevándose otra vez a Sevilla a Juan Rejón que había quedado a bordo sin saber lo que había pasado.

Bibliografía: Agustín Millares Torres (Historia General de las Islas Canarias)

En torno a la voz "tenique"

En torno a la voz "tenique"

Francisco P. De Luka (*)

El vocablo pancanario "tenique", aún hoy día vigente en el lenguaje isleño, muestra el interés creciente de nuestro pueblo, reflejado en artículos publicados en la prensa, por recuperar las antiguas voces que se estaban perdiendo en el ámbito rural. Se constata, afortunadamente, en el uso cotidiano de este término extendido a diversas acepciones aparte de la piedra del fogal, tanto en el ámbito campesino como en el urbano, gracias a la labor de rescate lingüístico que se está produciendo en numerosas escuelas de nuestro país.

Es voz utilizada comúnmente entre los maghos canarios actuales. En relación al vocablo "magho", creemos que es hora ya de reivindicarlo a partir de ahora como indicativo del pueblo canario autóctono y como signo distintivo de identidad, precisamente con esta denominación -"magho"-, que pueda contrarrestar el hasta ahora denostado y vilipendiado, por algunos, término castellanizado "mago". Y lo hacemos en base a su procedencia continental:

En la antigua lengua canario-amazigh la voz "amahagh" (procedente del dialecto tuareg del Ahaggar) equivale a "hombre noble y libre",<> amahagh(o) <> amagh(o) <> magho <> mago, por contracción masculinizante de dicha voz en la posterior evolución castellana, en la cual la "h" intermedia se convierte en muda.

Volviendo a la voz "tenique" objeto de este artículo, consideremos las diversas formas en que se conoce el vocablo en Canarias. Las tres piedras del fogal se documentan en las islas por las variantes:

-tínique (La Gomera, El Hierro), chínique (Tenerife, La Gomera); tínquene (Tenerife), todas ellas palabras esdrújulas. Estas tres variantes son las más próximas al primario amazigh continental, con las lógicas deformaciones castellanas. La forma más extendida "tenique" se documenta en las islas de G. Canaria, Fuerteventura y Lanzarote (A.O´Shanahan, 2003), además del resto del Archipiélago.

El estudio lingüístico de esta voz canaria nos conduce a la etimología del término, que se basa en la raíz "NK", "inek= " una de las tres piedras que sustentan la marmita sobre el fuego" (plural:"inkan"), antigua voz vigente entre las poblaciones bereberes chelha del Sous y al sur de Tiznit, en el Anti-Atlas (E. Laoust,1936: 9). La formación del femenino singular o diminutivo se concreta en "tinekt" ("tínique", "chínique" (t<>ch), "tenique") y el femenino plural en "tinkan"= "las pequeñas piedras". De esta última voz continental procede la forma canaria castellanizada "tínquen(e)", en alusión al relativamente pequeño tamaño de las piedras del fogal.

Como podemos ver, también cercana al primario singular continental se encuentra la ya citada voz "tenique". En Tenerife, la variante minoritaria "tonique", aunque se utiliza en algunas zonas de la isla, supone la máxima desviación fonética del término original canario.

(*) (S. de Etnolingüística del Centro Estudios Imazighen de Canarias "Tamusni")

28-2-06

GUANCHES: ¿ESCLAVOS BEREBERES O HIJOS DE LA ATLÁNTIDA?

GUANCHES: ¿ESCLAVOS BEREBERES O HIJOS DE LA ATLÁNTIDA?

CARMEN MACHADO (AÑO CERO Nº64) Y SOLIMAN OR TAU


Música

on/off

Nota de Soliman de Tartessos.info:

Al margen de las opiniones vertidas en este artículo por parte de la periodista, que comparto casi todas, como de sus interlocutores los insignes académicos, quiero opinar y opino que se vuelve a enturbiar y ensombrecer con las nieblas de la oficialidad el remoto pasado de nuestra etnia ibero-atlante-bereber (heredera lemuriana) y que otra vez más, cuando no son fenicios son romanos, los que han conseguido sacarnos de la prehistórica costumbre de "culturizarnos" (¿para qué?) a base de expansión comercial y otrora militar. Desde esta tribuna entono un ¡hasta cuando tendremos que aguantar a tanto historiador y arqueólogo cobarde que no exponga de una vez las "Verdades" que ellos saben y que ocultan para no ser el "hazmerreír" de sus colegas o por miedo a sus "jefes" y un etc. de las penumbras universitarias! De vergüenza ...

Donde antes era la Iglesia ahora es la Cátedra universitaria, por afán de dinero europeo, ministerial o insular, en este caso, en forma de subvención, y en el menor de los casos de la gran egolatría de nuestros insignes, la que oculta la verdadera dimensión de los pueblos, ya que se sigue negando la similitud de los descendientes de la Atlántida, con la antiquísima Tartessos (heredera Lemuriana) y las diferentes naciones bereberes (i-bero-bere-beres) que estaban asentadas a lo largo y ancho del Mediterráneo y en zonas limítrofes, ya que es una la etnia, la herencia cultural, varios los dialectos y muchos los asentamientos. El que quiera ver que mire y que sienta ...

Ya está bien (de nuevo) de tratarnos como analfabetos y tontos, que sobre todo esto no nos chupamos el dedo y a falta de valientes profesores, están los espabilados y esclarecidos alumnos eruditos que, con la sincronicidad que da la Vida, encuentran, procesan, comparan e iluminan lo que otros se encargan de esconder, borrar, ocultar, tergiversar y un largo etc. de "todo antes de admitir" la falta de conocimiento y humildad de miras de que aquello no encaja con lo que dicta la Universidad y las Academias de la Historia, simples lacayos de los auténticos detentadores del poder, ya sea económico, cultura, social e histórico.

Si al pueblo se le oculta la verdad y grandiosidad de su Historia, es más fácil hacer con él lo que se quiera. Rompemos la línea de su ancestralidad, de sus raíces y rompemos, incluso, con la conexión con ellos mismos, con su claridad mental, con el poder recuperado de su psiquis, del conocimiento natural de su entorno, de la visión clara de lo que es la vida. Mientras tanto hagamos de ellos unos fantoches que no sepan de donde vienen ni a donde van ...

Para más información leer aquí. Y perdonar si me he enrollado un poco, pero para eso estoy.



Tres arqueólogos, Rodrigo Balbín, Primitiva Bueno y Rafael González Antón, me acababan de poner cara a cara frente a lo que muchos podrán considerar el mayor descubrimiento de la historia de Canarias. José Gregorio González, nuestro corresponsal en Canarias, nos comunico el reciente hallazgo de un yacimiento con grabados del toro sagrado, desconocido en el pasado prehispánico de las islas, que enlazaba la ruta del archipiélago con las fabulosas brumas de la Atlántida. Y además, nos puso sobre la pista de una empresa económica que, en el siglo III a.c., llevo a unos navegantes a establecer factorías en unas islas deshabitadas. ¿Se derrumbaba el pasado guanche de las Islas Canarias? ¿Desaparecía para siempre la imagen de unos pueblos indómitos, de los guerreros que mantuvieron en jaque a los conquistadores europeos a pesar de la inferioridad de sus pertrechos bélicos? ¿Fueron los guanches unos esclavos bereberes, trasladados desde la costa africana por colonizadores fenicios? Eso parecían demostrar las ultimas investigaciones llevadas a cabo por un prestigioso equipo científico. Las dudas, sin embargo, persistían. Los grabados de toros y caballos nos podrían remitir también a las culturas atlantes descritas por Platón y perseguidas con ahínco por los que piensan que la historia empezó en la Atlántida.

El toro, animal sagrado de las culturas mediterráneas y posible enlace con los mitos atlantes, aparece por primera vez en el archipiélago canario. Este hallazgo puede cambiar la historia de las islas


EL MISTERIO DE LA PIEDRA ZANATA

Los asistentes al Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos, celebrado en Cádiz a primeros de octubre, no dieron muestras de sorpresa ante la ponencia presentada en torno a la colonización púnica de las Islas Canarias. Al fin y al cabo, se sabia desde hace anos, que los fenicios habían dejado sus huellas en el archipiélago. El profesor Balbin mostró diapositivas de la famosa Piedra Zanata, cuyo descubrimiento levanto un gran revuelo en las islas hace un tiempo, y la relaciono con un contexto fenopunico. «Digo fenopunico -aclaro- porque no podemos diferenciar entre fenicio y púnico en las Islas Canarias, ya que carecemos de la cronología suficiente». Incluso en el rudimentario proyector instalado en el aula se destacaba nítidamente la silueta de la piedra. Estábamos ante un pez, un atún, con un conjunto de signos esculpidos en la roca volcánica: «Z N TN». Esta asociación de signos había traído de cabeza a la opinión publica canaria. Se hablo primero de una tribu bereber, los zanata, y luego se paso a discutir la autenticidad del hallazgo y se denuncio su supuesta manipulación política. Ahora, este equipo de investigadores lanzaba una hipótesis destinada a despejar las dudas y a ubicar a la piedra en un contexto determinado.

Las siguientes proyecciones, un yacimiento de grandes piedras con toros grabados y estelas con inscripciones, que situado también en un contexto fenopunico. Nada especialmente novedoso para los expertos, según pude ver por la tranquilidad con que acogían la ponencia. Por otra parte, el congreso se desarrollaba con normalidad y la única nota sobresaliente la había dado el proyecto de rescate y conservación de un barco fenicio del siglo VII a.c., aparecido en las costas de Murcia. Las siguientes palabras del ponente, sin embargo, me dejaron clavada en el asiento:
« ... La preferencia de todo un grupo fenicio por traspasar las columnas de Hércules para buscar las fuentes de abastecimiento del garum, hecho con materia prima de túnidos». ¡EI garum!, ¡la preciada pasta de pescado, objeto de un intenso comercio en toda el área mediterránea por parte de fenicios y romanos! En el garum podía estar la clave de una parte del enigma canario.


Nota de Soliman de Tartessos.info: Donde se dice que es un túnido, es para claramente ocultar que se trata de una deidad acuática o la figura de un sirénido, cuando no "ser anfibio" o si no os recuerdo la directa relación de los reyes atlantes con la ancestralidad acuática de la humanidad racional (el que quiera saber que indague y se aleje de la ortodoxia). Como muestra aquí tenéis una foto de la portada renacentista del antiguo colegio de San Gregorio de Valladolid, construido por iniciativa personal de Isabel La Católica. Se conserva la única representación de los Reyes de la Atlántida que existe en el planeta. El carácter de humanidad acuática, representada por las rugosidades de su "piel" (quien quiera verla como vestimenta), sus piel palmeados y el elemental sentido común de esos escultores, nos hacen ver a una raza sirénida o anfibia como emblemática en el carácter atlante de sus reyes. Por lo que desde aquí rebato la tesis de "Túnido" y si la de sirénido. Por el desgaste se puede adivinar la gran antigüedad de la que estamos tratando.


El profesor Balbin recogió sus papeles y bajó de la tarima en medio de educados aplausos. Fui tras el, consciente de que tenia entre mis manos una primicia informativa capaz de desatar las polémicas mas encendidas. Yo llevaba veinte años trabajando en temas canarios, entrevistando a expertos, rastreando en bibliotecas de diversos países y caminando por los senderos mas apartados de las islas en busca de restos de tradición oral que me pudieran aportar datos acerca del pasado prehispánico. Mis padres y mis abuelos me habían hablado del pueblo guanche, englobando bajo ese nombre todo el sustrato cultural que habitó el archipiélago, aunque el termino «guanche» corresponde unicamente a moradores de Tenerife. Para mi, como para tantos niños canarios, guanches eran un pueblo bereber valiente y misterioso, que practicaba la momificación y adoraba a un dios solar en las cumbres de las montanas, sobre cuyos orígenes especulaban en vano los historiadores desde el momento mismo de la conquista. Los términos «Atlántida» y «San Borondón», la isla encantada que aparecía y desaparecía magicamente de entre las aguas, estaban tan impresos en mi memoria isleña como los nombres de los barrancos y montes de Canarias. Ahora, y de golpe, el descubrimiento presentado en el congreso fenicio quería desmoronar mis mas queridos mitos. De aquella frase pronunciada par el profesor Balbin yo había deducido que los fenicios desempeñaron en la prehistoria canaria un papel mucho mas importante del que se había imaginado hasta ahora. Las representaciones del taro, entonces, ¿debían dejar de ser el hila maravilloso que nos conduciría hasta la cultura atlante, entendiendo como tal aquella que se extendió entre la cordillera del Atlas y las costas del Atlántica? Porque la ubicación exacta de la Atlántida de que nos habló Platón podría muy bien hallarse en esta parte occidental del continente africano, según las pinturas de toros y jinetes encontradas par las expediciones de Frison Roche, Uad-Mortutek y Henry Lothe en diversas grutas del Sahara.


MAS ALLÁ DE LAS COLUMNAS DE HÉRCULES

Conseguir la entrevista resultó fácil gracias a la amabilidad del equipo, formado par Rodrigo Balbin y Primitiva Bueno, de la Universidad de Alcalá de Henares, y Rafael González Antón, director del Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife. Mas complicado fue lograr que enunciaran abiertamente su hipótesis de investigación, porque los trabajos de campo no han terminado -el yacimiento de Tenerife donde se encuentran los grabados de toros empezó a sondearse a finales de julio- y porque la típica desconfianza de los arqueólogos frente a los medios de comunicación se veía agravada, en este caso, por la fuerte oposición mostrada por diversas asociaciones culturales canarias que protestan por la, a su juicio, escandalosa desprotección que sufre el patrimonio arqueológico canario. Resultaba evidente que estos arqueólogos preferirían ver expuestas las primicias de su hipótesis sobre la influencia fenicia en las islas en una publicación científica, pero también es evidente que cuando un periodista persigue un tema, es difícil mantenerlo a distancia. A mi condición de canaria, directamente interesada en el asunto, se une la insaciable curiosidad del periodista que bucea siempre entre historias que rozan el limite de la heterodoxia. ¿Atlantes o esclavos? Mi insistencia obtuvo su fruto ...

«Nosotros pensamos que las islas fueron pobladas por un conjunto bereber llevado por los fenicios, y así lo demuestran hallazgos como la Piedra Zanata y estos grabados de toros. Esta forma de colonización era un sistema muy común dentro de la gran empresa cartaginesa. Ya lo habían hecho con los iberos, por ejemplo, en todo el Mediterráneo, hasta Siria. Cogían a pueblos enteros y los ponían a su servicio para que lucharan con ellos. Esto se encuentra perfectamente comprobado gracias a diversas fuentes. En el caso de Canarias estamos hablando del siglo III a.c. o fechas mas tempranas. Había unas islas deshabitadas, con unas aguas en las que se puede pescar túnidos durante todo el ano, y no solamente de forma estacional. Los túnidos, los atunes, constituían la materia prima del garum, un fenómeno económico importantísimo en los siglos III y IV antes de Cristo. Por primera vez Canarias tiene un sentido para el Mediterráneo que no es el mitológica. Tiene un sentido económico».

Espirales canarias, idénticas que las encontradas en Galicia, Sur y Levante de Iberia, no es la casualidad, sino la efervescencia cultural de un pueblo homogéneo desde los albores de los tiempos que en su imaginería mágico-espiritual conectaban con líneas de tiempo y espacios dimensionales demasiado atractivos para la mente racional (¿para qué?) de los cultos profesores ególatras de su pseudoconocimiento.

Las fabulosas Columnas de Hércules no fueron obstáculo para un pueblo tan navegante como el fenicio, según este equipo investigador. Ya habían cruzado el estrecho y fundado factorías en la costa africana, en los enclaves de Lixus y Mogador, que esta en la línea donde las corrientes atlánticas arrastran hacia las Canarias. Pero las interrogantes seguían planeando sobre la falta de pruebas arqueológicas que confirmaran la huella fenicia. Yo había visto muy pocas piezas de este estilo en los museos insulares.

LA FACCIÓN TROPICAL DE LA ARQUEOLOGÍA ESPAÑOLA

El profesor Balbín fue tajante en sus declaraciones: «El comercio del garum en el Mediterráneo era mas importante que el de la Coca Cola hoy día. Tenia necesariamente que extenderse por unas islas donde la captura de túnidos es permanente. ¿Dices que no ha dejado señales? Nos ha dejado todas las que necesitamos: factorías, ánforas y objetos relacionados con el culto y la religión fenicias. En Lanzarote hay grabados de la diosa Tanit, en Gran Canaria esta la famosa Cueva Pintada de Galdar, que es un clarisimo ejemplo de hipogeo, las ánforas halladas en el Puerto de la Cruz, en Tenerife, están hechas a mano y son copia de modelos punicos ... Tenemos mas de doscientas muestras que iremos publicando poco a poco, a nuestro ritmo científico, no al ritmo impuesto por las circunstancias políticas. El problema de la arqueología canaria es que hasta la fecha ha sido una «facción tropical» porque ha carecido practicamente de excavaciones científicas. Lo que estamos manejando ahora son colecciones del siglo pasado. Desde luego, lo que sí esta demostrado es que existen muchos elementos fenopunicos en las islas, pero nunca habían sido colocados en su lugar correspondiente. A partir de ahora el rastreo de estos elementos y su estudio dentro de un contexto arqueológico que nos relaciona con el mundo mediterráneo y la pesca del atún, hará mucho mas fácil el trabajo».

ABIERTA LA PISTA ATLANTE
Para estos arqueólogos se cierra una etapa que había dejado al archipiélago aislado de las corrientes hist6ricas y se abre una puerta que enlaza con Europa. No existiría el enigma de los guanches; quedaría demostrada su procedencia bereber, y el hecho de que en el momento de la conquista hubieran olvidado sus orígenes vendría dado por los mas de 1.500 años transcurridos desde que los colonizadores fenopunicos quedaron atrapados en las islas, tras la caída del gran imperio fenicio y la interrupci6n definitiva del comercio que controlaban. Para mi, sin embargo, la aparición de la figura del toro, lejos de aclarar incógnitas, constituye el autentico hila de Ariadna, porque la gran divinidad entre cuyos cuernos resplandece el disco solar era ya antigua antes de que los fenicios emigraran desde las tierras cananeas. La hipótesis fenicia quedaría en entredicho en islas como La Palma, donde las secuencias estratigráficas permiten identificar una población atlántica, autora de grabados de espirales, meandros y herraduras, anterior a la oleada africana y berberófona.

Lo cierto es que las hipótesis de trabajo presentadas en el Congreso de Cádiz podrían explicar racionalmente el poblamiento guanche y bereber de Canarias, pero no agotan las posibilidades de búsqueda en torno a la pista atlante. Apenas han comenzado las excavaciones y la tierra virgen de las islas no ha desvelado aun todos sus secretos .


LOS FENICIOS Y LA ATLÁNTIDA
Aunque solo fuera por su genial creación del alfabeto, los fenicios merecerían ocupar un destacadísimo lugar entre los pueblos de la antigüedad. Pero es que, además, fueron excelentes colonizadores y activos comerciantes que llevaron materias primas y productos manufacturados por todo el orbe entonces conocido.

También destacaron por su espíritu bélico, demostrado durante las guerras que les enfrentaron a Roma. Los fenicios procedían de una rama cananea originaria de las zonas de Palestina y Libano. En el primer milenio a.c. colonizaron el Mediterráneo y se adentraron en navegaciones atlánticas. En el 146 a.c. Cartago fue saqueada por los romanos y los fenicios perdieron el poderío que hasta entonces les había caracterizado.

Fundaron innumerables ciudades: Biblos, Tiro, Sidon, Cartago, Lixus (en la costa atlántica marroquí) ... y en tierras españolas levantaron Gades (Cadiz), Ebusus (ibiza) y Cartago Nova (Cartagena).


Por lo que a creencias religiosas se refiere, los fenicios rendían culto a un dios principal y solar, El, identificado luego con Baal, a una diosa madre lunar y de la fertilidad, Astarte, conocida en Occidente como Tanit, y a Melqart, a quien se adoro en Gades. Este ultimo fue identificado con Hércules por los griegos. Otras divinidades importantes fueron Reshef, Dagon o Hammon. Los ritos tenían lugar al aire libre oen templos. Se ha debatido mucho acerca del culto al toro, que las teorías mas ortodoxas suponen extendido por los fenicios en toda la cuenca del Mediterráneo. Otras teorías, precisamente las que podrían enlazar los grabados de toros encontrados en Canarias con la existencia de una Atlántida sahariana, mantienen que este culto se origino a partir de la unión de los pueblos lebbus, rubios mongoloides, y los tehenus, autóctonos norteafricanos, de cuya mezcla surge el pueblo llamado Tamahu, ultimo resto atlante que lleva hacia Egipto al toro como dios totémico. Los fenicios, pues, serian los herederos de una larguísima tradición y no sus creadores.


EL CAVIAR DE LA ANTIGÜEDAD

Según las hipótesis de trabajo explicadas en este reportaje, el motivo del establecimiento de pueblos bereberes en Can arias fue la obtención de garum. Este producto se fabricaba a partir de las cabezas y vísceras de pescado marino, preferentemente de la familia de los túnidos, puestas en maceración con sal, vinagre, agua, hierbas aromáticas y aceite. El garum se dejaba marinar en el interior de grandes piletas y, una vez logrado su punto exacto de adobo, se envasaba en ánforas y era distribuido a lo largo y ancho del Mediterráneo.

Fenicios y romanos fueron entusiastas consumidores de este condimento, tan apreciado que no podía faltar en ninguna mesa por pobre que fuese. Hoy podemos conocer los múltiples usos culinarios del garum gracias a un libro de cocina escrito entre los siglos I y III d.C. Su autor fue un refinado gastrónomo romano Hamado Apicio, que se suicido por miedo a verse privado del buen comer cuando considero insuficientes los sestercios que le quedaban. Las recetas de Apicio, a pesar de estar tan alejadas en el tiempo, pueden llevarse a la practica hoy día si se toma la precaución de hacerse con un poco de garum casero. Véase un ejemplo: LUBINA AL MODO DE APICIO. Picar pimienta, comino, perejil, ruda, cebolla, miel, garum, vino dulce y unas gotas de aceite. Hervir ligeramente la lubina en esta salsa.

EL PASADO ISLEÑO, AMENAZADO

La conquista de las Canarias en el siglo XV supuso un cataclismo para la población prehispánica. El proceso de aculturizacion subsiguiente constituyo el ensayo sangriento de lo que se haría luego en las recién descubiertas tierras americanas. Se diezmo y esclavizo a los aborígenes, se prohibieron la lengua, la religión y las costumbres, se lanzo a la Inquisición contra los residuos visibles del viejo pueblo y, por ultimo, se hizo creer a los canarios que los guanches habían sido borrados de la faz de la tierra.

El siglo XIX reivindico la imagen del buen salvaje, y exalto los valores de aquellos que defendieron a su patria hasta la muerte. A lo largo del siglo XX han coexistido dos corrientes: represión pura y dura (prohibición de libros sobre lingüística guanche, persecución de movimientos nacionalistas ... ) o revisión de planteamientos científicos (pervivencia de elementos prehispánicos en la población actual, estudio y catalogación del patrimonio cultural...). Es en este ultimo apartado donde se produce la mayor polémica. En torno a los mas recientes hallazgos, como la Piedra Zanata o los grabados de toros, se han alzado numerosas voces denunciando la actuación oficial y de los científicos que trabajan sobre el terreno.

Las asociaciones culturales Confederación Internacional Atlántida, Kebehi Benchomo, Colectivo Goymar y Centro de Estudios Aborígenes de Canarias, arremeten contra las expoliaciones y abandono de los yacimientos y ponen en cuestión el hallazgo mismo de la Piedra Zanata, a la que encuentran tres rastros hasta su origen: uno, fue entregada al propietario de una tienda de recuerdos por dos cazadores que la habrían encontrado en una cueva; dos, fue hallada por un anticuario escondida entre tres círculos de piedra; tres, la encontró, sin inscripción alguna, un guarda forestal que la entrego al anticuario antes citado. El director del Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife manifiesta que la Piedra, como todas las piezas buenas que aparecen siempre en la arqueología, es objeto de debate, añadiéndose además una cuestión de carácter político. «Ningún científico ha ido a estudiar la piedra y ha dado una opinión distinta de la nuestra. Las demos opiniones que se han vertido son puramente periodísticas y acientíficas».

José Gregorio González visito el yacimiento donde están los grabados de los toros, y aunque omitimos su situación exacta por motivos obvios, podemos atestiguar que no se encuentra protegido. Los arqueólogos se defienden: «Los máximos defensores de la conservación de los yacimientos somos nosotros, por nuestro propio interés, pero las posibilidades reales de conservación dependen de las intenciones políticas. No podemos prohibir el paso, ni cercar el terreno, ni tener por nuestra cuenta a un vigilante día y noche en todos y cada uno de los yacimientos de Canarias».

Los guanches de Gran Canaria

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Los guanches de Gran Canaria

La isla de Gran Canaria fué la capital cultural de los guanches, desaparecidos en el siglo XV con la llegada de los conquistadores españoles


DESCRIPCION




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Los guanches de Gran Canaria

Ruta de 100 km por la isla de Gran Canaria.

Itinerario: Las Palmas de Gran Canaria – Arucas – Guía – Galdar – Moya – Artenara – Tejeda.

Los conquistadores españoles llegaron a las islas Canarias en el siglo XV. Sus pobladores guanches no pudieron resistir el choque brutal de la Europa renacentista y desaparecieron al poco tiempo. Las huellas de la cultura guanche permanecen en muchos lugares de Gran Canaria, sobre todo en los yacimientos arqueológicos de Gáldar, en el misterioso Roque Nublo, que adoraban profundamente, y en la toponimia de lugares como el bosque de Doramas (nombre de un rey guanche).

Partimos desde Las Palmas de Gran Canaria, capital de la provincia y de la isla. Su catedral gótica data del S. XV pero no se acabó hasta el XVIII. Otros monumentos son el Museo Diocesano de Arte sacro y el Ayuntamiento, el palacio Episcopal la Casa de Colón y la Casa del Regente.

El Parque Natural de la Isleta también merece una sosegada visita. Desde aquí vamos hacia Arucas, rodeada de plataneras en las faldas de un viejo volcán. Después vamos hasta Guía, en cuyos alrededores se localiza el Parque Natural del Monte de Doramas, donde sobreviven algunas manchas de laurisilva. Gáldar fue la capital del reino guanche donde se conservan cerca de trescientas cuevas.

Nos acercamos a la población de Agaete, una de las más bellas del Archipiélago con abundancia de vegetación tropical. Cerca de allí estaba el monolito rocoso llamado Dedo de Dios, recientemente derrumbado por circunstancias meteorológicas. Para finalizar, vamos hasta Tejeda, donde hallaremos el espectacular Roque Nublo, el monolito basáltico más alto del mundo. Desde el mirador de la Cruz de Tejeda, a 1.500 m, disfrutaremos de increíbles panorámicas del Archipiélago, llegándose a ver el Teide en los días claros.

Gastronomía: Mero, caldo de pescado, langosta, mojo canario, sancocho (pescado y papas), gofio, potajes de berros y baifo (cabrito).

Vestimentas y ornamentos

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Vestimentas y ornamentos

TRAJES

«Tamarco»

Generalmente eran de cuero gamuzado, pues no conocieron el lino ni el algodón ni, posiblemente, la lana, pues aunque poseían ovejas, éstas pertenecían a una raza africana sin lana. El traje más importante es el «tamarco», que presenta dos tipos: uno corto, que cruza el brazo izquierdo y en diagonal cubre la mitad de la espalda y el pecho, y otro largo, que se ata en el cuello y cae casi hasta los tobillos. Este es el que usaban los pastores en la montaña para la defensa del frío. Se cree que en la parte inferior se le ataban algunas piedrecillas redondeadas que hacían de contrapeso para ofrecer mayor resistencia al viento. Las capas manteras de los campesinos de La Esperanza, en Tenerife, recuerdan en cierto modo tal tipo de tamarco.

Los vestidos solían colorearlos con hierbas y flores.

Los antiguos pobladores… ¿llegaban a conocer la costura? ¿Cosían las pieles?

Estos niños visten el tamarco corto, a pesar de que el tipo de piel no se corresponde con el usado en aquella época.

Confección

Las pieles son cosidas con correas o tripas de cabras por medio de agujas de espinas, pero especialmente con punzones de hueso de cabra. A modo de lezna de zapatero, se agujerea la piel y se introduce la cuerda. En las momias se puede apreciar la habilidad de estos cosidos.

En invierno, los pelos de la piel suelen ir hacia adentro y el otro lado se presenta muchas veces decorado con incisiones horizontales y verticales. El tamarco también se adorna con tiras de piel angulares y redondeadas que se superponen y se cosen al mismo (18).

Para la sujeción de los vestidos y otros fines se utilizan cordones y cuerdas trenzadas de fibras vegetales.

¿Los guanches siempre iban vestidos? ¿Admitían ir desnudos?

Poca ropa

En tiempo de lucha acostumbraban ir desnudos para una mayor agilidad. Fuera de esto solían cubrirse, aunque los lanzaroteños usaban una media capa que sólo cubría las espaldas. No así las mujeres que solían ir bien enfundadas. De todas maneras no es extraño, dado el clima de las islas y el carácter naturalista de los pobladores, que en verano y en la zona costera del Sur fueran más desnudos que vestidos.

¿Tenía alguna peculiaridad la vestimenta usada por los guanches de Gran Canaria?

Aparte de las características generales del tamarco, en Gran Canaria usan unos toneletes o faldas de junco o palmera, extraordinariamente tejidos, luego una especie de blusa y, encima, el tamarco. Así mismo, existen otras diferenciaciones en la vestimenta de cada isla.

Ya hemos hablado de las peculiaridades de la vestimenta de los guanches, pero… ¿qué otros elementos complementaban su vestimenta?

Tocado de la cabeza

A este respecto hay que señalar que cada isla ofrece una vestimenta peculiar. Si nos fijamos en el tocado de la cabeza, observamos que los de Lanzarote usan un bonete alto de piel; los de Fuerteventura, un bonete con tres plumas largas, y las mujeres, una faja de cuero de cabrito, teñida de colorado y adornada con las mismas plumas; los de Gran Canaria se encasquetaban un zurrón de cabrito cuyas garras caían por las orejas y que amarraban al pescuezo. Pero estos pintoresquismos señalados por los cronistas hay que considerarlos más propios de solemnidades o de las capas sociales altas.

¿Iban descalzos?

Calzado

Aunque se tiene constancia de que los guanches andaban la mayor parte del tiempo descalzos, conservándose esta costumbre hasta hace poco entre los más pequeños y hasta cierta edad, sí habían desarrollado un tipo de calzado para poder moverse mejor por la áspera orografía de las islas.

El calzado más generalizado era cuero de cabra que en Lanzarote y Fuerteventura llamaban «maho» y en Tenerife «xercos». Los nobles en Gran Canaria calzaban zapatos de pedazos de cuero de puerco que es más consistente. Es posible que este tipo de calzado fuese empleado más corrientemente en las demás islas.

En todos los pueblos primitivos, por sencillos que fueran, se usaban adornos. ¿También lo hacían los guanches?

Piel decorada.

ADORNOS

Se adornaban con collares. En Tenerife es la isla donde se han encontrado abundantemente collares de cuentas de barro. Otros adornos eran de conchas marinas o de huesos labrados y piedras pequeñas. Las vértebras de pescado, cuidadosamente trabajadas, también eran utilizadas como cuentas de collares. En Fuerteventura se encuentran unos collares de especial belleza, confeccionados con placas de hueso, de forma rectangular y perforados. Se adornaban también con colgantes de conchas. En la isla de La Palma se han descubierto colgantes de madera en forma de gota.

Aparte de estos utensilios, ¿cómo utilizaban las pieles?

Cuentas de collar.

UTENSILIOS DE PIEL PARA GUARDAR Y TRANSPORTAR OBJETOS

Aparte de los odres y cueros en la contención y transporte de la leche y la cebada, tal como citamos en la ofrenda de Añaterve a Fernández de Lugo, utilizaban zurrones de piel de cabra y bolsas de cuero gamuzado. El zurrón era especialmente empleado, tal como se ha conservado hasta nuestros días, para guardar el gofio después de haberlo amasado en el propio zurrón. En Lanzarote se utilizaba también un tipo de zurrón para guardar los dardos y otro más pequeño para las piedras arrojadizas. Además de los zurrones, parece que se empleaban unas bolsitas de cuero gamuzado como estuche de algunas menudencias.

¿Qué empleaban para trabajar las pieles o la cerámica?

UTENSILIOS RELACIONADOS CON LAS PIELES

Los utensilios de huesos son los que principalmente son empleados para coser las pieles. Tenemos los punzones, las espátulas y los portapunzones.

El punzón servía a modo de lezna; con él se hacía el agujero para pasar el hilo o la correílla. «Dada la facilidad con que se partía la punta del punzón, se afilaba de nuevo, tal como se hace hoy con los lápices. Para evitar las frecuentes roturas, se construían portapunzones de hueso, generalmente de cerdo, por su mayor resistencia» (14). El portapunzón es, pues, una especie de cubierta de hueso que refuerza el punzón.

Por lo que se refiere a las espátulas, hueso largo y aplanado con un agujero en un extremo, no se conoce bien su finalidad. Se encuentran especialmente en las cuevas sepulcrales. Por el agujero se debería pasar un cordel. ¿Serviría de adorno? Parece que pudiera haberse empleado «para doblar los bordes de las pieles y disponerlas mejor para el cosido».

Punzones.

UTENSILIOS RELACIONADOS CON LA ORNAMENTACIÓN

Para la decoración de la cerámica se utilizan también huesos, palillos, etc. En La Palma se usó un pequeño objeto de hueso, semejante al punzón, por un extremo aguzado y por el otro redondeado.

Utensilios y técnicas aborígenes: instrumentales y laborales

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Utensilios y técnicas aborígenes: instrumentales y laborales

El animal se adapta y vive en su medio ambiente con los recursos naturales que el medio le ofrece. El hombre por su inteligencia, modifica y perfecciona lo que le rodea para mejor vivir. Esto es lo que hace que el hombre sea un ser «técnico». Técnico, porque utiliza unos medios para conseguir unos fines. Algunos de estos medios y fines los indicaremos al hablar de la subsistencia, las construcciones, los trajes y adornos, etc. Aquí tratamos ahora de precisar los instrumentos básicos con que obtenían estos fines y otros fines que iremos señalando.

El hombre guanche, perteneciente a una cultura neolítica, aislado por el mar, sin existencia de metales ni de grandes recursos naturales, ¿qué medios o utensilios emplea para sobrevivir y desarrollar su existencia?

La técnica de la piedra

Para modificar la naturaleza hay que utilizar medios que la propia naturaleza proporcione. Para matar los animales, para cortar las carnes y las pieles; para afilar los huesos, trabajar la madera; para hacer piezas de piedra como molinos, morteros, etc.; para construir y transformar nuevos medios, se necesitan unos instrumentos básicos, unos instrumentos duros, cortantes y que estén al alcance del hombre. Y estos instrumentos son las piedras, por eso se denomina a la época más antigua del hombre Edad de Piedra. Más adelante, el hombre encuentra otro tipo de material más escaso pero más apropiado, que revoluciona toda la técnica y éste es el metal. Pero el metal no existe en las islas y el hombre canario tiene que desarrollar su técnica con la piedra.

Lascas y obsidiana

Las lascas que proporciona la propia naturaleza y las que él talla y pule van a servir de cuchillos, hachas, raederas, raspadores, etc. El material es preferentemente de basalto y obsidiana. El sílex, material más fácil de tallar y más utilizado por los pueblos prehistóricos, falta en Canarias. La obsidiana es muy negra, brillante, de tipo vidrioso y con reflejos metálicos. En Tenerife es donde más se utilizan los instrumentos de este material volcánico que los guanches denominaban tabona y que por este nombre se entendió luego los instrumentos cortantes de piedra, como cuchillos, hachas, etc.

Lascas de obsidiana.

¿Cómo eran sus cuchillos? Además de estos elementos cortantes, ¿desarrollaron otro tipo de instrumentos?

Forma de los cuchillos

Las formas que tienen suelen ser atípicas, es decir, que no se someten a una forma determinada, aunque abundan con figura de corazón o de amígdalas. Se encuentran en abundancia en las cocinas, en los concheros y, los mejores ejemplares, en las cuevas sepulcrales como ofrendas funerarias.

En las islas orientales aparecen con forma menos tosca. Podemos citar los tafiques de Lanzarote, cuchillos de piedra en forma de media luna, con buen filo. También en las islas occidentales, sobre todo en La Gomera y El Hierro, se encuentran grandes cuchillos de forma prismática con una de sus aristas bien preparada para el corte. Algunos tienen una punta muy afilada. Se supone que se emplearían para el sacrificio de los animales, aunque también pudieran ser utilizados como armas. Sin embargo, existen en Gran Canaria unas hachas muy pulimentadas de cloromenalita que tanto por el material como por la técnica hay que considerar extrañas a las islas y, por consiguiente, de importación.

Percutores, mazos y pulidores

Aparte de los cuchillos y hachas, hay que citar otros instrumentos líticos como los percutores y mazos para golpear y trabajar la piedra, los pulidores para suavizar superficies y que suelen ser de basalto o de lava muy porosa.

Con este instrumental básico podían trabajar sobre la carne, las pieles, la madera, los huesos y las mismas piedras. Con él pueden cortar, romper, machacar, escarbar, pulir...

Hacha de piedra pulimentada neolítica.

¿Necesitaron inventar alguna herramienta para llevar a cabo sus labores de pastoreo, agricultura y pesca?

Utensilios relacionados con el trabajo

Para el pastoreo no se precisa ningún utensilio especial. Tan sólo el cayado del pastor que solía ser largo, terminado en punta o en horquilla y reforzado en la parte inferior por un cuerno de cabra, tal como se observa en las armas encontradas en la cueva del Campanario (Guía de Isora, Tenerife) (17).

En la agricultura empleaban también los cuernos de macho cabrío para arar la tierra a mano.

Para la pesca utilizaban anzuelos de astas de cabra. En Lanzarote entretejían los juncos para formar amplias redes a las que colocaban pesas de piedra para asegurar su estabilidad inferior. Con ellas recogían los bancos de peces, que espantados, eran conducidos por hombres y mujeres, azotando el agua con varas, hasta las redes situadas en la costa.

Los cuernos de cabra los utilizaban los guanches para fabricar útiles para la agricultura.

Organización familiar y costumbres

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Organización familiar y costumbres

¿UNIDAD DE COSTUMBRES?

En este sentido, como en tantos otros, hay diferencias entre cada una de las islas, a pesar de que existan características comunes por esa «cultura de sustrato», semejante en todas ellas.

La «cultura de sustrato» o arcaica más pura se observará precisamente en Tenerife y La Gomera por haber sido las menos afectadas por las posteriores inmigraciones. Eso no significa que las culturas de ambas islas sean idénticas, pues aunque tengan un tronco común se encuentran ciertas diferencias raciales y culturales. Sabemos que actualmente el tipo cromañoide existe en las dos islas, sin embargo el tipo gomero es más pequeño, más moreno, con ojos y cabellos menos claros que el de Tenerife. En el aspecto cultural también existen diferencias. En este sentido, los cromañoides tinerfeños (gente de la montaña) se parecen mucho más a los cromañoides de Gran Canaria (también de la montaña), tanto racialmente como culturalmente. Sin embargo, había elementos comunes y semejantes en todas las islas: los molinos de mano, el tagoror, la cerámica de fondo cónico, las viviendas en cuevas, el tratamiento de las pieles, el gofio, el lenguaje, etc. Todo ello evidencia un fondo común, una cultura basal o de sustrato generalizada en todo el Archipiélago y que responde a la cultura más antigua.

¿Existía el concepto de familia en La Gomera?

Antiguos habitantes de la isla de La Gomera.

¿LO MÁS ARCAICO EN LA GOMERA?

No resultaría extraño pensar que la cultura de La Gomera respondiera a las inmigraciones primeras y más arcaicas que se dieron en el Archipiélago y que, así como hoy se muestra como la más aislada y conservadora de la tradición, entonces, libre también de contactos importantes, mantuviera esas costumbres primeras y menos organizadas. Así, en el caso del matrimonio, se dice que hombres y mujeres iban desnudos, sin avergonzarse, que la familia apenas existía, que las relaciones sexuales se daban cuando surgía espontáneamente. Por lo tanto, las mujeres eran comunes y eran cedidas sin celo alguno, teniendo como cortesía ofrecer el lecho de sus mujeres a sus huéspedes, tal como se cuenta de los esquimales (8). Sin embargo, esta «hospitalidad de lecho», probablemente se daba en más islas. Un hecho concreto lo tenemos en Lanzarote (Zonzamas ofrece a Avendaño como hospitalidad de lecho a su mujer Fayna, de donde nacería Ico). Ésta es la opinión de Álvarez Delgado.

Se dice que en Lanzarote existía la poliandria, es decir, varios hombres para una sola mujer. ¿Cómo se sostenía este tipo de relación?

POLIANDRIA EN LANZAROTE

Según las crónicas de Bethencourt (12), cada mujer poseía tres maridos y cada uno de ellos tomaba la función de tal durante un mes y los otros dos meses como colaborador en el trabajo. Al ser una isla pobre, la poliandria viene a ser un medio para evitar la superpoblación y aumentar los recursos familiares.

En el aspecto de las costumbres, probablemente existirían también muchas cosas en común y también, por supuesto, diferencias a causa de las distintas oleadas de gentes y culturas, y a causa de las circunstancias de cada isla.

¿En ninguna isla existía el matrimonio monogámico?

EL MATRIMONIO MONOGÁMICO

La pareja hombre mujer es lo más común en el resto de las islas. En Tenerife y Gran Canaria era por elección de ambas partes. En El Hierro, el hombre elegía a la mujer y le regalaba algunas cabezas de ganado al padre de la novia. En La Palma, el matrimonio era respetado y constituía el fundamento de las relaciones sociales.

A pesar de que todos los autores insisten en el matrimonio monogámico en Tenerife, el Padre Espinosa señala que «tenían tantas mujeres como podían» (22). Hay que decir que, en la actualidad, en muchas culturas predomina el matiz monogámico, aunque existe la posibilidad de que un hombre tenga más de una mujer.

La gordura era signo de salud y de preparación para ser madre. Esto ocurría en la isla de Gran Canaria. ¿Cómo era exactamente esa costumbre?

ENGORDAMIENTO Y DERECHO DE PRELIBACIÓN EN GRAN CANARIA

Cuando era concertado el matrimonio, la novia permanecía en casa de sus padres, acostada, recibiendo toda clase de manjares durante un mes, a fin de presentarse con toda la gordura posible al matrimonio, ya que era motivo de belleza y, sobre todo, condición para engendrar hijos robustos (1).

El matrimonio se festejaba con banquetes y bailes. Asistía el guanarteme, quien tenía el derecho de acostarse la primera noche con la novia y si no, se lo cedía a algún guaire (consejero). Este derecho de prelibación o de pernada subsistía en varios pueblos europeos durante la Edad Media.

¿Existía el divorcio entre los guanches?

DISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO EN TENERIFE

Los cronistas señalan que con la misma facilidad que los guanches tinerfeños contraían matrimonio, con esa misma facilidad podían romper sus relaciones matrimoniales. Esto ocurría tanto por parte del marido como por parte de la mujer, si no había entendimiento entre ellos. Pero los hijos de ese matrimonio eran considerados como ilegítimos. Si era varón, se le denominaba achicuca y si hembra, zucaha. Se puede observar que el perjuicio que cae sobre los hijos es un mecanismo social que hace de freno para impedir la fácil separación de la pareja. Aunque más que el concepto de hijo ilegítimo, opina Álvarez Delgado, supone el concepto de hijastro, de hijo no correspondiente al mero matrimonio.

¿Se podían casar entre familiares?

LIMITACIONES DEL CASAMIENTO POR PARENTESCO

La unión se podía hacer con cualquier mujer, excepto con la madre y la hermana. Sin embargo, en el caso de los reyes, se llega a permitir el casamiento con hermanas. Un ejemplo de ello lo tenemos en Lanzarote donde el príncipe Guanarame se casa con su hermana, la princesa Ico.

El papel de la mujer en este tipo de sociedad era relevante. ¿Cuáles eran sus funciones principales?

PAPEL PREPONDERANTE DE LA MUJER PALMERA

Se suele señalar que en esta isla había mujeres amazonas, es decir, mujeres guerreras y valientes o que llegaban a detentar un poder político. Veamos algunos ejemplos: a la hermana de Zuguiro y Garehagua, apresada en el término de Tigalate (Mazo) por los herreños, tuvieron que apuñalarle los pechos y darle muerte para defenderse de su bravura. Otro tanto pasó con Guayanfanta, en Aridane, mujer hermosa, de cuerpo gigantesco y de gran bravura, que se enfrentó con los cristianos herreños cuando trataban de acosarla, derribando a uno que le perseguía y tomándolo bajo el brazo, estuvo dispuesta a arrojarse con él al precipicio, pero los otros herreños lo impidieron rompiéndole ambas piernas (53).

Azurara también comenta cómo en una captura de palmeros llevada a cabo por portugueses, se apresó a una mujer «que era de talla extraordinaria para una mujer y de la cual se decía que ella era la reina de una parte de esta isla» (8). Torriani también indica que «las mujeres iban por delante de los hombres en los combates y peleaban virilmente, con piedras y varas largas» (51).

Aunque el poder de la mujer ha sido un hecho muy corriente en las culturas agrícolas, está mucho más acentuado en la isla de La Palma.

¿Qué costumbres se tenían con los hijos cuando éstos eran pequeños?

LOS HIJOS

A modo de bautismo

Cuando nacía un niño era costumbre que viniera una mujer encargada de echarle agua en la cabeza. Esto se llegó a ver como una especie de bautismo, pero ello es una práctica muy antigua.

Amamantamiento

Llamó la atención a los cronistas las mujeres lanzaroteñas, que con falta de leche en sus pechos, daban a chupar a los niños el labio inferior, considerando que por este motivo lo tenían muy desarrollado. ¿Le proporcionarían la leche de oveja o de cabra a través de la boca?

Adiestramiento físico

Los niños eran adiestrados desde muy pequeños en ejercicios de saltos, luchas, carreras, etc.

En La Gomera, especialmente, aprendían a tirar y a esquivar pelotitas de barro, luego piedras, después dardos sin puntas. La puntería para tirar piedras y la habilidad para esquivarlas fue un arte de todos los canarios.

Modelos educativos

Los padres solían encauzar a los hijos en una buena educación presentándoles ejemplos de hombres de mala conducta que eran aborrecidos por todos y ejemplos de hombres de bien que eran por todos queridos.

Juguetes

Por los molinos y vasijas en miniatura sabemos que los niños tenían juguetes. Algunos de estos juguetes se han encontrado en Las Cañadas del Teide en Tenerife, lo que indica que toda la familia se desplazaba con el pastor en el verano. Pero en las sociedades primitivas los niños desde los siete años ya comienzan a responsabilizarse de las tareas de sus padres y esto es lo que también ocurriría con los niños guanches.